El Tsukuyomi Infinito y el Fetichismo de la Mercancía en la Era de lo Hiperreal

El Tsukuyomi Infinito y el Fetichismo de la Mercancía en la Era de lo Hiperreal.




El Tsukuyomi Infinito, técnica de control mental total en el universo de Naruto, resuena de manera peculiar con las dinámicas del fetichismo de la mercancía que Karl Marx describe en El Capital. Mientras el primero esclaviza a los individuos en una realidad ilusoria, el segundo encierra a los sujetos en la lógica del capital, reificando las relaciones sociales en objetos. Ambas metáforas, una ficcional y la otra analítica, convergen para explicar el dominio de la ideología capitalista en lo que Mark Fisher denomina "realismo capitalista".

El Tsukuyomi Infinito como Alegoría de la Subjetivación

El Tsukuyomi Infinito es una técnica de genjutsu (ilusión) que atrapa a todas las mentes en una ilusión compartida, construyendo una realidad ideal para cada individuo mientras sus cuerpos permanecen inmóviles. Esta paradoja de control total no se ejerce por la fuerza, sino por la imbricación de las personas en sus propios deseos, creando la ilusión de libertad bajo una completa sumisión.

El fetichismo de la mercancía funciona de manera similar. Bajo el capitalismo, las relaciones entre personas se transforman en relaciones entre cosas. Los objetos adquieren una vida propia, ocultando las relaciones sociales detrás de su producción. En este escenario, el sujeto capitalista vive bajo el hechizo de este fetiche, creyendo que su libertad se realiza en el consumo, cuando en realidad está atrapado en la lógica del capital.

Fetichismo de la Mercancía: Realismo Capitalista y Hiperrealidad

Mark Fisher, en Capitalist Realism: Is There No Alternative?, plantea que vivimos en una era donde es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo. El fetichismo de la mercancía no solo oculta la explotación del trabajo, sino que estructura el deseo de los sujetos, alimentando el ciclo de producción y consumo. La mercancía fetichizada adquiere un carácter místico, donde las relaciones entre seres humanos son mediadas por estos objetos fantasmagóricos.

Si el Tsukuyomi Infinito sumerge a los personajes en ilusiones individualizadas, el fetichismo de la mercancía hace lo mismo al crear un sistema donde la subjetividad está mediada por objetos. Los sujetos creen que actúan según su propia voluntad, pero sus deseos y aspiraciones han sido prefigurados por las dinámicas del mercado. Fisher vincula este fenómeno con la noción de hiperrealidad de Baudrillard, donde el capital produce simulacros que se presentan como la realidad misma, borrando los límites entre lo real y su representación mercantilizada.

Mercancía y Sueño: Entre el Despertar y la Alienación

Lo perturbador del Tsukuyomi Infinito es que ofrece un sueño idílico del que sus víctimas no quieren despertar, pues la ilusión es mejor que la realidad. El fetichismo de la mercancía opera de forma similar, imponiendo una visión del bienestar basada en el consumo, que oculta las dinámicas de explotación. Fisher argumenta que el realismo capitalista es capaz de integrar cualquier crítica en su estructura, transformando la resistencia en productos consumibles: lo radical se convierte en moda.

Ambos, el Tsukuyomi Infinito y el fetichismo de la mercancía, atrapan a los sujetos no por coacción directa, sino por su complicidad con un sistema que los seduce, los adormece y los aliena de su capacidad crítica. El deseo capitalista siempre es el deseo del otro, estructurado por la mercancía, que fetichiza las relaciones sociales y produce una sumisión que se siente como libertad.

Crítica Weird y Despertar

El Tsukuyomi Infinito nos permite articular una crítica weird del fetichismo de la mercancía, no solo como una metáfora de alienación, sino como una experiencia de realidad alterada. Las víctimas creen estar en control de su destino, pero están guiadas por fuerzas más allá de su comprensión. Fisher advierte que la verdadera lucha no es solo contra la opresión visible, sino contra la estructura de deseo implantada por el capitalismo en nuestras mentes, que genera nuestra propia alienación.

El despertar del Tsukuyomi Infinito no es solo un retorno a la realidad, sino una ruptura radical con la estructura misma que nos mantiene atrapados. Del mismo modo, la crítica weird nos invita a especular sobre lo que podría ser, en lugar de simplemente conformarnos con lo que es. Esta especulación nos ofrece una visión de lo imposible, permitiendo que rompamos con lo inevitable.

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