Théorie Communiste (TC) y Palestina: un análisis

 

Théorie Communiste (TC) y Palestina: un análisis

Théorie Communiste (TC) es un colectivo teórico marxista que forma parte de las corriente comunizadora, y su enfoque se centra en la crítica del capital y el análisis de las luchas de clases desde una perspectiva radical que niega la posibilidad de reformas o fases transitorias hacia el comunismo. El contexto de Palestina es un tema complejo dentro de sus análisis, porque el conflicto palestino-israelí implica dimensiones de colonialismo, nacionalismo, y autodeterminación, temas que son interpretados de maneras específicas por TC.


Perspectiva general de TC sobre el conflicto palestino

  1. Negación del nacionalismo como medio de emancipación proletaria: En la línea general de Théorie Communiste, el nacionalismo, ya sea en forma de lucha nacional o liberación, es visto como parte del mecanismo del capital. TC rechaza la idea de que las luchas nacionales, incluida la lucha palestina por un Estado propio, puedan ofrecer una verdadera vía de emancipación para la clase trabajadora. Según TC, cualquier lucha que se enmarque dentro de los términos del nacionalismo perpetúa la división de clases al consolidar la estructura estatal y el capital nacional. Por lo tanto, Palestina es interpretada como un ejemplo de una lucha que, aunque legítima en su oposición a la opresión colonial y militar israelí, está estructuralmente limitada si se basa en una solución estatal o nacional.
  2. Crítica a la izquierda tradicional y al "solidarismo": TC critica duramente a las facciones de la izquierda que se alinean con las causas nacionales bajo un marco de "solidaridad internacional". Para TC, estas formas de apoyo tienden a reafirmar la legitimidad de las luchas nacionalistas sin cuestionar las dinámicas subyacentes de clase y capital. En el caso de Palestina, TC criticaría la postura que defiende un "Estado palestino", ya que esto implicaría un mantenimiento de las formas del capital (un Estado con fronteras, ejército, relaciones capitalistas internas) en lugar de una ruptura con el capital.
  3. La lucha de clases en Palestina: Desde la perspectiva de TC, el aspecto crucial de cualquier conflicto es cómo las clases dentro de esa región particular se relacionan con el capital global y entre sí. En el caso de Palestina, la clase proletaria está fragmentada no solo por la ocupación israelí y las políticas coloniales, sino también por las dinámicas internas del capital palestino. Las relaciones de clase entre los palestinos de la diáspora, los palestinos bajo ocupación y la burguesía palestina, junto con la explotación de la clase obrera en Israel, son fundamentales para entender por qué TC considera que la lucha no puede ser meramente nacional.
  4. Imperialismo y capital global: Si bien TC no es "anti-imperialista" en los términos tradicionales, sí reconoce que el conflicto israelí-palestino está estructurado por dinámicas de imperialismo, pero no lo interpreta en términos simplistas de dominación extranjera. Para TC, el imperialismo es un proceso del capital global, no una cuestión de un país oprimido por otro en términos esencialistas. Por lo tanto, la ocupación de Palestina y las políticas israelíes no son simplemente la dominación de un pueblo sobre otro, sino una manifestación de cómo el capital opera para mantener y expandir su lógica en una región que es estratégica económica y políticamente.

Para Théorie Communiste, el conflicto palestino-israelí no puede resolverse dentro de los límites del nacionalismo, el imperialismo, o el solidarismo de izquierda. En su marco teórico, una solución real solo podría surgir a través de una revolución comunista que aboliera no solo la opresión colonial, sino también las estructuras del capital tanto en Israel como en Palestina. Las formas de lucha que no rompen con la lógica del capital son vistas como inherentemente limitadas, y esto incluye la lucha nacional palestina si no articula una ruptura radical con el Estado y el capital.

 

El Conflicto Palestino-Israelí desde la Perspectiva de Théorie Communiste

El conflicto palestino-israelí ha sido objeto de innumerables análisis y reflexiones a lo largo de las décadas, tanto desde el punto de vista político como económico. Para la izquierda revolucionaria, este conflicto ha planteado desafíos teóricos profundos en torno a la autodeterminación nacional, el colonialismo y las dinámicas del capital. Sin embargo, desde la perspectiva de Théorie Communiste (TC), un colectivo teórico que adopta una postura radical dentro del comunismo, cualquier lucha nacional, incluidas las que buscan la liberación de Palestina, está condenada a reproducir las formas del capital si no rompen de manera fundamental con el sistema de clases. Este ensayo examinará el conflicto palestino-israelí desde la lente de TC, tomando como base varios de sus textos clave y abordando sus críticas hacia el nacionalismo, el imperialismo y las luchas por la liberación nacional.

El Nacionalismo como Reproducción del Capital

En su obra Communisation vs. Nationalisme Révolutionnaire (2006), Théorie Communiste establece una crítica profunda al nacionalismo revolucionario, argumentando que cualquier lucha enmarcada en términos de autodeterminación nacional no puede superar la lógica del capital. En este sentido, el caso palestino representa una paradoja importante: mientras la lucha por un Estado palestino busca liberarse del colonialismo israelí, está estructuralmente limitada por la misma lógica que perpetúa las dinámicas capitalistas en la región.

El nacionalismo, según TC, no es una herramienta para la emancipación proletaria, sino una forma de canalizar las luchas de clase dentro del marco del capital. Esto se aplica igualmente a la burguesía palestina, que, aunque sujeta a la ocupación israelí, también es parte integral de las estructuras capitalistas globales que organizan la explotación de la clase trabajadora. La creación de un Estado palestino, bajo este prisma, no sería una solución emancipadora para el proletariado palestino, sino una reorganización del capital bajo una nueva bandera. Esta perspectiva difiere de muchas de las posturas de la izquierda internacional que apoyan la lucha palestina sin cuestionar las implicaciones estructurales del nacionalismo y del Estado.

En textos anteriores, como los incluidos en Théorie Communiste: Textes 1 à 12, TC ya había sentado las bases de esta crítica al nacionalismo. En ellos, se argumenta que el proletariado no puede emanciparse mediante la creación de Estados nacionales, sino únicamente a través de la abolición del capital. Así, la cuestión palestina, desde esta óptica, no se resuelve con la formación de un Estado-nación, sino con la destrucción de todas las estructuras de explotación de clase, tanto a nivel local como global.

Imperialismo y Capital Global

TC también aborda el imperialismo en términos de la dinámica global del capital. En textos como Capitalisme et Lutte de Classes au Moyen-Orient, el colectivo reflexiona sobre las complejidades del capital en la región, señalando que el conflicto no puede ser reducido a una mera lucha entre colonizadores y colonizados. Para TC, la ocupación israelí y las políticas imperialistas que estructuran el conflicto palestino-israelí deben entenderse en términos de las necesidades del capital global.

El imperialismo, según TC, no es simplemente una manifestación de la dominación extranjera, sino una herramienta para la expansión y consolidación del capital a nivel mundial. En este sentido, tanto Israel como Palestina están atrapados en una dinámica en la que el capital global utiliza el conflicto para perpetuar la explotación de la clase trabajadora. Israel, a través de su alianza con potencias imperialistas como Estados Unidos, es una pieza clave en la geopolítica del capital en el Medio Oriente, pero esto no significa que Palestina, con la creación de un Estado propio, podría escapar de esa lógica. Más bien, TC argumenta que cualquier Estado, incluido uno palestino, inevitablemente reproduciría las relaciones de clase y capital, sin ofrecer una verdadera ruptura con el sistema de explotación.

En su texto Sur la Théorie du Prolétariat Mondial et ses Modalités, Théorie Communiste profundiza en el análisis de cómo las luchas proletarias en el mundo deben ser vistas en relación con la lucha de clases internacional. Aquí, TC enfatiza que cualquier lucha local, como la lucha palestina, debe ser entendida no solo en su contexto inmediato, sino en relación con las dinámicas del capital global. Esto sugiere que una verdadera solución para el proletariado palestino solo podría surgir a través de una revolución comunista global, no mediante la resolución del conflicto dentro del marco estatal-nacional.

Crítica a la Izquierda Tradicional y al Solidarismo

En este marco de análisis, Théorie Communiste no solo critica al nacionalismo palestino, sino también a la izquierda internacional que apoya estas luchas en nombre del solidarismo. En Les luttes et les questions politiques dans la période actuelle (2005), TC argumenta que las formas de solidaridad que no cuestionan la estructura de clase y capital solo sirven para reafirmar las divisiones existentes. En el caso de Palestina, muchos sectores de la izquierda internacional apoyan la lucha palestina sin un análisis crítico de cómo la creación de un Estado palestino encaja dentro de las dinámicas del capital.

Este tipo de solidaridad internacional, según TC, no ofrece una verdadera salida al conflicto, sino que se limita a reproducir las mismas relaciones de poder y capital. Apoyar la causa palestina sin cuestionar el nacionalismo y las relaciones de clase internas es, desde la perspectiva de TC, una forma de mantener las luchas proletarias atrapadas en la lógica del capital.

La Lucha de Clases en Palestina

Para Théorie Communiste, el análisis del conflicto palestino-israelí no puede centrarse únicamente en las dinámicas coloniales y de ocupación, sino que debe incorporar un análisis profundo de la lucha de clases dentro de Palestina. La fragmentación de la clase trabajadora palestina, dividida entre los palestinos bajo ocupación, la diáspora y aquellos que viven en Israel, refleja las complejas interrelaciones entre el capital global y las luchas locales.

En Communisation and its Discontents (2011), se aborda cómo las luchas proletarias deben articularse en términos de la comunización, es decir, la abolición inmediata del capital y del Estado. Para TC, cualquier movimiento que no apunte hacia la comunización, incluida la lucha palestina por la autodeterminación nacional, está destinada a fallar en su intento de emancipar al proletariado. La verdadera lucha no es por un Estado palestino, sino por la abolición del Estado y del capital en todas sus formas.

Desde la perspectiva de Théorie Communiste, el conflicto palestino-israelí no puede resolverse dentro de los términos del nacionalismo, el imperialismo o el solidarismo. Para TC, el conflicto no es solo una cuestión de colonialismo o de opresión nacional, sino una manifestación de las dinámicas del capital global y de las relaciones de clase. La lucha palestina, al enmarcarse en términos de autodeterminación nacional, está estructuralmente limitada por la lógica del capital y no puede ofrecer una verdadera emancipación para el proletariado.

En última instancia, la única solución viable para TC es una revolución comunista que destruya el capital y el Estado en todas sus formas, tanto en Israel como en Palestina, y que permita la reconfiguración de las relaciones de clase a nivel global. Cualquier solución que no articule esta ruptura radical con el capital está destinada a reproducir las formas de explotación y opresión que estructuran tanto el conflicto palestino-israelí como el mundo capitalista en su conjunto.

 

El Nacionalismo como Reproducción del Capital

Uno de los puntos centrales del análisis de TC es la crítica al nacionalismo, que según el colectivo, no puede llevar a la emancipación del proletariado. En el caso de Palestina, la lucha por un Estado palestino se enmarca como una lucha nacional que, aunque legítima en su oposición al colonialismo israelí, está estructuralmente limitada porque sigue siendo parte del capital global.

TC argumenta que el nacionalismo, incluido el palestino, canaliza las luchas proletarias dentro de los límites del capital, lo que impide que estas luchas se trasformen en una verdadera lucha de clases que apunte a la abolición del capital. Al centrarse en la creación de un Estado-nación, el nacionalismo desvía la lucha proletaria hacia objetivos que, aunque puedan mejorar las condiciones inmediatas, no cuestionan el sistema capitalista en su conjunto. Para Théorie Communiste, la lucha nacional en Palestina, como en cualquier otro contexto, reproduce las dinámicas del capital al afirmar la necesidad de un aparato estatal que, por definición, gestiona y perpetúa las relaciones de producción capitalistas. En este sentido, cualquier proyecto nacionalista —incluido el palestino— inevitablemente participa en la reproducción de las categorías de capital, como el trabajo asalariado, la propiedad y el intercambio mercantil, perpetuando así las formas de explotación que el proletariado debería superar.

Resumen extensivo de una obra poco conocida: "Capitalisme et Lutte de Classes au Moyen-Orient"

El texto Capitalisme et Lutte de Classes au Moyen-Orient ofrece una visión amplia sobre cómo las relaciones de clase y las dinámicas capitalistas operan en la región del Medio Oriente, utilizando un marco marxista crítico para analizar tanto los conflictos políticos como económicos. Aunque el texto no se centra exclusivamente en Palestina, su análisis proporciona claves importantes para entender cómo el capital global estructura las relaciones de poder en la región y cómo las luchas de clases locales, incluidas las de Palestina, están influenciadas por estas dinámicas.

1. El Capitalismo en el Medio Oriente

El texto comienza analizando cómo el capital global se ha articulado históricamente en el Medio Oriente, una región rica en recursos estratégicos, especialmente el petróleo, lo que la convierte en un lugar crucial para las dinámicas de acumulación de capital y para el control geopolítico por parte de las potencias imperialistas. Desde el imperialismo occidental hasta las economías locales, el capital ha estructurado las relaciones económicas y sociales, dividiendo a la región entre aquellos que controlan los recursos (burguesías locales y elites internacionales) y aquellos que son explotados (la clase trabajadora, incluidos los migrantes y campesinos).

En este sentido, el Medio Oriente no es visto como una región "atrasada" en términos de desarrollo capitalista, sino como una región integrada en el capitalismo global. Las guerras, ocupaciones y conflictos armados son entendidos como expresiones de las luchas por el control de los recursos y la expansión del capital, más que simples conflictos religiosos o culturales. TC rechaza las explicaciones culturalistas que a menudo se utilizan para explicar los conflictos en la región, y en su lugar, enfoca la atención en las dinámicas económicas y de clase.

2. La Fragmentación de la Clase Trabajadora

Una característica crucial que señala Capitalisme et Lutte de Classes au Moyen-Orient es la fragmentación de la clase trabajadora en la región. La clase trabajadora no es homogénea: está dividida en varias líneas, tanto por nacionalidad (árabes, kurdos, iraníes, etc.) como por estatus laboral (trabajadores migrantes, refugiados, trabajadores asalariados, informales, etc.). Esta fragmentación debilita la capacidad del proletariado para unirse en una lucha común contra el capital y el Estado, ya que sus condiciones materiales varían enormemente.

En Palestina, por ejemplo, la clase trabajadora está dividida entre los palestinos que viven bajo la ocupación israelí, los que residen en la diáspora, y aquellos que trabajan dentro de Israel. A esto se suman las divisiones creadas por la propia economía palestina, donde una burguesía local controla recursos limitados mientras el proletariado sufre tanto la explotación del capital israelí como del palestino.

TC sugiere que estas divisiones no son meramente producto de la ocupación israelí, sino también de la forma en que el capital organiza las relaciones de clase a nivel global. La ocupación militar y la explotación económica están profundamente entrelazadas, lo que convierte la lucha de clases en Palestina en parte de una lucha más amplia contra el capital global.

3. El Imperialismo y la Función del Estado

Otro aspecto clave en el análisis es el papel del imperialismo y del Estado en el Medio Oriente. Según Théorie Communiste, el imperialismo no es simplemente una forma de dominación por parte de las potencias extranjeras, sino una manifestación de las dinámicas de expansión del capital. Los Estados de la región (tanto los aliados de Occidente como aquellos que se oponen a él) son actores dentro de la lógica del capital, incluso cuando se presentan como antiimperialistas.

Por ejemplo, en el caso de los Estados como Irán o Siria, que a menudo son vistos como enemigos del imperialismo occidental, TC argumenta que su oposición a las potencias occidentales no implica una ruptura con las lógicas del capital. Estos Estados siguen organizando sus economías en términos capitalistas, explotando a sus propias clases trabajadoras y utilizando el conflicto como un medio para consolidar su control sobre el proletariado local.

En Palestina, la Autoridad Palestina y otras facciones políticas también están atrapadas en esta lógica. Aunque se oponen a la ocupación israelí, sus formas de organización política y económica están estructuradas por las dinámicas del capital, lo que limita su capacidad para ofrecer una verdadera alternativa al sistema de explotación. La lucha por un Estado palestino, en este sentido, no rompe con el capital, sino que busca reorganizarlo bajo nuevas condiciones nacionales.

4. La Lucha de Clases como la Contradicción Principal

Para Théorie Communiste, la lucha de clases es la contradicción principal en el Medio Oriente, más allá de las divisiones nacionales, religiosas o étnicas. La explotación capitalista afecta tanto a los trabajadores israelíes como a los palestinos, aunque de formas diferentes. Sin embargo, la solución no radica en una alianza de clases entre las burguesías palestinas e israelíes, ni en la creación de un Estado palestino independiente.

La única salida, según TC, es una lucha proletaria que supere las divisiones impuestas por el capital y que apunte hacia la abolición del Estado y del capital en su totalidad. Esto implica una comunización de la sociedad, donde las relaciones de producción capitalistas sean abolidas de inmediato en lugar de ser gestionadas por un nuevo Estado nacional. TC argumenta que las luchas que no articulan esta ruptura con el capital están condenadas a fracasar o a ser absorbidas por el sistema capitalista global.

5. Crítica a la Izquierda Internacional

El texto también aborda la crítica a la izquierda internacional, que a menudo apoya las luchas en el Medio Oriente, incluida la causa palestina, sin cuestionar la estructura de clase y capital que subyace a estos conflictos. Para TC, muchas organizaciones de izquierda se alinean con las luchas de liberación nacional bajo un marco de solidaridad, pero sin una crítica seria a las dinámicas capitalistas. Esto incluye el apoyo acrítico a movimientos antiimperialistas o nacionalistas, que, aunque legítimos en su resistencia a la ocupación o al imperialismo, no rompen con el capital.

En el caso de Palestina, la izquierda internacional tiende a apoyar la creación de un Estado palestino sin reconocer que esto no solucionaría las contradicciones de clase internas ni eliminaría las estructuras capitalistas que perpetúan la explotación de los trabajadores palestinos. Para TC, una verdadera solidaridad con Palestina implicaría apoyar una lucha proletaria que vaya más allá del nacionalismo y que busque la abolición del capital en toda la región.

El análisis de Capitalisme et Lutte de Classes au Moyen-Orient proporciona una visión crítica de las dinámicas económicas y de clase en el Medio Oriente, y ofrece un marco teórico desde el cual se puede comprender el conflicto palestino-israelí y otros conflictos de la región. Desde la perspectiva de Théorie Communiste, la solución a estos conflictos no radica en la creación de nuevos Estados nacionales o en alianzas entre burguesías locales, sino en una lucha proletaria que supere las divisiones impuestas por el capital y que busque la comunización de la sociedad.

Este enfoque plantea una crítica radical tanto al nacionalismo como al imperialismo, argumentando que las luchas por la autodeterminación nacional están estructuralmente limitadas si no rompen con las dinámicas del capital. El conflicto palestino-israelí, visto desde esta perspectiva, no puede resolverse dentro de los límites del sistema capitalista global, sino solo mediante una revolución que aboliría el capital y el Estado a nivel regional y mundial.

 

Comentarios

Entradas populares