Théorie Communiste (TC) y Palestina: un análisis
Théorie Communiste (TC) y Palestina: un análisis
Théorie Communiste (TC) es un
colectivo teórico marxista que forma parte de las corriente comunizadora, y su
enfoque se centra en la crítica del capital y el análisis de las luchas de
clases desde una perspectiva radical que niega la posibilidad de reformas o
fases transitorias hacia el comunismo. El contexto de Palestina es un tema
complejo dentro de sus análisis, porque el conflicto palestino-israelí implica
dimensiones de colonialismo, nacionalismo, y autodeterminación, temas que son
interpretados de maneras específicas por TC.
Perspectiva
general de TC sobre el conflicto palestino
- Negación del nacionalismo como medio de emancipación
proletaria: En la línea general de Théorie Communiste, el nacionalismo,
ya sea en forma de lucha nacional o liberación, es visto como parte del
mecanismo del capital. TC rechaza la idea de que las luchas nacionales,
incluida la lucha palestina por un Estado propio, puedan ofrecer una
verdadera vía de emancipación para la clase trabajadora. Según TC,
cualquier lucha que se enmarque dentro de los términos del nacionalismo
perpetúa la división de clases al consolidar la estructura estatal y el
capital nacional. Por lo tanto, Palestina es interpretada como un ejemplo
de una lucha que, aunque legítima en su oposición a la opresión colonial y
militar israelí, está estructuralmente limitada si se basa en una solución
estatal o nacional.
- Crítica a la izquierda tradicional y al
"solidarismo": TC critica duramente a las
facciones de la izquierda que se alinean con las causas nacionales bajo un
marco de "solidaridad internacional". Para TC, estas formas de
apoyo tienden a reafirmar la legitimidad de las luchas nacionalistas sin
cuestionar las dinámicas subyacentes de clase y capital. En el caso de
Palestina, TC criticaría la postura que defiende un "Estado
palestino", ya que esto implicaría un mantenimiento de las formas del
capital (un Estado con fronteras, ejército, relaciones capitalistas
internas) en lugar de una ruptura con el capital.
- La lucha de clases en Palestina: Desde la
perspectiva de TC, el aspecto crucial de cualquier conflicto es cómo las
clases dentro de esa región particular se relacionan con el capital global
y entre sí. En el caso de Palestina, la clase proletaria está fragmentada
no solo por la ocupación israelí y las políticas coloniales, sino también
por las dinámicas internas del capital palestino. Las relaciones de clase
entre los palestinos de la diáspora, los palestinos bajo ocupación y la
burguesía palestina, junto con la explotación de la clase obrera en
Israel, son fundamentales para entender por qué TC considera que la lucha
no puede ser meramente nacional.
- Imperialismo y capital global: Si bien TC
no es "anti-imperialista" en los términos tradicionales, sí reconoce
que el conflicto israelí-palestino está estructurado por dinámicas de
imperialismo, pero no lo interpreta en términos simplistas de dominación
extranjera. Para TC, el imperialismo es un proceso del capital global, no
una cuestión de un país oprimido por otro en términos esencialistas. Por
lo tanto, la ocupación de Palestina y las políticas israelíes no son
simplemente la dominación de un pueblo sobre otro, sino una manifestación
de cómo el capital opera para mantener y expandir su lógica en una región
que es estratégica económica y políticamente.
Para Théorie Communiste, el
conflicto palestino-israelí no puede resolverse dentro de los límites del
nacionalismo, el imperialismo, o el solidarismo de izquierda. En su marco
teórico, una solución real solo podría surgir a través de una revolución
comunista que aboliera no solo la opresión colonial, sino también las
estructuras del capital tanto en Israel como en Palestina. Las formas de lucha
que no rompen con la lógica del capital son vistas como inherentemente
limitadas, y esto incluye la lucha nacional palestina si no articula una
ruptura radical con el Estado y el capital.
El Conflicto Palestino-Israelí desde la
Perspectiva de Théorie Communiste
El conflicto palestino-israelí ha sido objeto de
innumerables análisis y reflexiones a lo largo de las décadas, tanto desde el
punto de vista político como económico. Para la izquierda revolucionaria, este
conflicto ha planteado desafíos teóricos profundos en torno a la
autodeterminación nacional, el colonialismo y las dinámicas del capital. Sin
embargo, desde la perspectiva de Théorie Communiste (TC), un colectivo
teórico que adopta una postura radical dentro del comunismo, cualquier lucha
nacional, incluidas las que buscan la liberación de Palestina, está condenada a
reproducir las formas del capital si no rompen de manera fundamental con el sistema
de clases. Este ensayo examinará el conflicto palestino-israelí desde la lente
de TC, tomando como base varios de sus textos clave y abordando sus críticas
hacia el nacionalismo, el imperialismo y las luchas por la liberación nacional.
El Nacionalismo como Reproducción del Capital
En su obra Communisation vs. Nationalisme
Révolutionnaire (2006), Théorie Communiste establece una crítica profunda
al nacionalismo revolucionario, argumentando que cualquier lucha enmarcada en
términos de autodeterminación nacional no puede superar la lógica del capital.
En este sentido, el caso palestino representa una paradoja importante: mientras
la lucha por un Estado palestino busca liberarse del colonialismo israelí, está
estructuralmente limitada por la misma lógica que perpetúa las dinámicas
capitalistas en la región.
El nacionalismo, según TC, no es una herramienta
para la emancipación proletaria, sino una forma de canalizar las luchas de
clase dentro del marco del capital. Esto se aplica igualmente a la burguesía
palestina, que, aunque sujeta a la ocupación israelí, también es parte integral
de las estructuras capitalistas globales que organizan la explotación de la
clase trabajadora. La creación de un Estado palestino, bajo este prisma, no
sería una solución emancipadora para el proletariado palestino, sino una
reorganización del capital bajo una nueva bandera. Esta perspectiva difiere de
muchas de las posturas de la izquierda internacional que apoyan la lucha
palestina sin cuestionar las implicaciones estructurales del nacionalismo y del
Estado.
En textos anteriores, como los incluidos en Théorie
Communiste: Textes 1 à 12, TC ya había sentado las bases de esta crítica
al nacionalismo. En ellos, se argumenta que el proletariado no puede
emanciparse mediante la creación de Estados nacionales, sino únicamente a
través de la abolición del capital. Así, la cuestión palestina, desde esta
óptica, no se resuelve con la formación de un Estado-nación, sino con la
destrucción de todas las estructuras de explotación de clase, tanto a nivel
local como global.
Imperialismo y Capital Global
TC también aborda el imperialismo en términos de
la dinámica global del capital. En textos como Capitalisme et Lutte de
Classes au Moyen-Orient, el colectivo reflexiona sobre las complejidades
del capital en la región, señalando que el conflicto no puede ser reducido a
una mera lucha entre colonizadores y colonizados. Para TC, la ocupación israelí
y las políticas imperialistas que estructuran el conflicto palestino-israelí
deben entenderse en términos de las necesidades del capital global.
El imperialismo, según TC, no es simplemente una
manifestación de la dominación extranjera, sino una herramienta para la
expansión y consolidación del capital a nivel mundial. En este sentido, tanto
Israel como Palestina están atrapados en una dinámica en la que el capital
global utiliza el conflicto para perpetuar la explotación de la clase
trabajadora. Israel, a través de su alianza con potencias imperialistas como
Estados Unidos, es una pieza clave en la geopolítica del capital en el Medio
Oriente, pero esto no significa que Palestina, con la creación de un Estado
propio, podría escapar de esa lógica. Más bien, TC argumenta que cualquier
Estado, incluido uno palestino, inevitablemente reproduciría las relaciones de
clase y capital, sin ofrecer una verdadera ruptura con el sistema de
explotación.
En su texto Sur la Théorie du Prolétariat
Mondial et ses Modalités, Théorie Communiste profundiza en el análisis de
cómo las luchas proletarias en el mundo deben ser vistas en relación con la
lucha de clases internacional. Aquí, TC enfatiza que cualquier lucha local,
como la lucha palestina, debe ser entendida no solo en su contexto inmediato,
sino en relación con las dinámicas del capital global. Esto sugiere que una
verdadera solución para el proletariado palestino solo podría surgir a través
de una revolución comunista global, no mediante la resolución del conflicto
dentro del marco estatal-nacional.
Crítica a la Izquierda Tradicional y al
Solidarismo
En este marco de análisis, Théorie Communiste no
solo critica al nacionalismo palestino, sino también a la izquierda
internacional que apoya estas luchas en nombre del solidarismo. En Les
luttes et les questions politiques dans la période actuelle (2005), TC
argumenta que las formas de solidaridad que no cuestionan la estructura de
clase y capital solo sirven para reafirmar las divisiones existentes. En el
caso de Palestina, muchos sectores de la izquierda internacional apoyan la
lucha palestina sin un análisis crítico de cómo la creación de un Estado
palestino encaja dentro de las dinámicas del capital.
Este tipo de solidaridad internacional, según TC,
no ofrece una verdadera salida al conflicto, sino que se limita a reproducir
las mismas relaciones de poder y capital. Apoyar la causa palestina sin
cuestionar el nacionalismo y las relaciones de clase internas es, desde la
perspectiva de TC, una forma de mantener las luchas proletarias atrapadas en la
lógica del capital.
La Lucha de Clases en Palestina
Para Théorie Communiste, el análisis del
conflicto palestino-israelí no puede centrarse únicamente en las dinámicas
coloniales y de ocupación, sino que debe incorporar un análisis profundo de la
lucha de clases dentro de Palestina. La fragmentación de la clase trabajadora palestina,
dividida entre los palestinos bajo ocupación, la diáspora y aquellos que viven
en Israel, refleja las complejas interrelaciones entre el capital global y las
luchas locales.
En Communisation and its Discontents
(2011), se aborda cómo las luchas proletarias deben articularse en términos de
la comunización, es decir, la abolición inmediata del capital y del Estado.
Para TC, cualquier movimiento que no apunte hacia la comunización, incluida la
lucha palestina por la autodeterminación nacional, está destinada a fallar en
su intento de emancipar al proletariado. La verdadera lucha no es por un Estado
palestino, sino por la abolición del Estado y del capital en todas sus formas.
Desde la perspectiva de Théorie Communiste,
el conflicto palestino-israelí no puede resolverse dentro de los términos del
nacionalismo, el imperialismo o el solidarismo. Para TC, el conflicto no es
solo una cuestión de colonialismo o de opresión nacional, sino una
manifestación de las dinámicas del capital global y de las relaciones de clase.
La lucha palestina, al enmarcarse en términos de autodeterminación nacional,
está estructuralmente limitada por la lógica del capital y no puede ofrecer una
verdadera emancipación para el proletariado.
En última instancia, la única solución viable
para TC es una revolución comunista que destruya el capital y el Estado en
todas sus formas, tanto en Israel como en Palestina, y que permita la
reconfiguración de las relaciones de clase a nivel global. Cualquier solución
que no articule esta ruptura radical con el capital está destinada a reproducir
las formas de explotación y opresión que estructuran tanto el conflicto
palestino-israelí como el mundo capitalista en su conjunto.
El Nacionalismo como Reproducción del
Capital
Uno de los puntos centrales del análisis de TC es
la crítica al nacionalismo, que según el colectivo, no puede llevar a la
emancipación del proletariado. En el caso de Palestina, la lucha por un Estado
palestino se enmarca como una lucha nacional que, aunque legítima en su oposición
al colonialismo israelí, está estructuralmente limitada porque sigue siendo
parte del capital global.
TC argumenta que el nacionalismo, incluido el palestino, canaliza las luchas proletarias dentro de los límites del capital, lo que impide que estas luchas se trasformen en una verdadera lucha de clases que apunte a la abolición del capital. Al centrarse en la creación de un Estado-nación, el nacionalismo desvía la lucha proletaria hacia objetivos que, aunque puedan mejorar las condiciones inmediatas, no cuestionan el sistema capitalista en su conjunto. Para Théorie Communiste, la lucha nacional en Palestina, como en cualquier otro contexto, reproduce las dinámicas del capital al afirmar la necesidad de un aparato estatal que, por definición, gestiona y perpetúa las relaciones de producción capitalistas. En este sentido, cualquier proyecto nacionalista —incluido el palestino— inevitablemente participa en la reproducción de las categorías de capital, como el trabajo asalariado, la propiedad y el intercambio mercantil, perpetuando así las formas de explotación que el proletariado debería superar.
Resumen extensivo de una obra poco conocida: "Capitalisme et Lutte de Classes au Moyen-Orient"
El texto Capitalisme et Lutte de Classes au
Moyen-Orient ofrece una visión amplia sobre cómo las relaciones de clase y
las dinámicas capitalistas operan en la región del Medio Oriente, utilizando un
marco marxista crítico para analizar tanto los conflictos políticos como
económicos. Aunque el texto no se centra exclusivamente en Palestina, su
análisis proporciona claves importantes para entender cómo el capital global
estructura las relaciones de poder en la región y cómo las luchas de clases
locales, incluidas las de Palestina, están influenciadas por estas dinámicas.
1. El Capitalismo en el Medio Oriente
El texto comienza analizando cómo el capital
global se ha articulado históricamente en el Medio Oriente, una región rica en
recursos estratégicos, especialmente el petróleo, lo que la convierte en un
lugar crucial para las dinámicas de acumulación de capital y para el control
geopolítico por parte de las potencias imperialistas. Desde el imperialismo
occidental hasta las economías locales, el capital ha estructurado las
relaciones económicas y sociales, dividiendo a la región entre aquellos que
controlan los recursos (burguesías locales y elites internacionales) y aquellos
que son explotados (la clase trabajadora, incluidos los migrantes y
campesinos).
En este sentido, el Medio Oriente no es visto
como una región "atrasada" en términos de desarrollo capitalista,
sino como una región integrada en el capitalismo global. Las guerras,
ocupaciones y conflictos armados son entendidos como expresiones de las luchas
por el control de los recursos y la expansión del capital, más que simples
conflictos religiosos o culturales. TC rechaza las explicaciones culturalistas
que a menudo se utilizan para explicar los conflictos en la región, y en su
lugar, enfoca la atención en las dinámicas económicas y de clase.
2. La Fragmentación de la Clase
Trabajadora
Una característica crucial que señala Capitalisme
et Lutte de Classes au Moyen-Orient es la fragmentación de la clase
trabajadora en la región. La clase trabajadora no es homogénea: está dividida
en varias líneas, tanto por nacionalidad (árabes, kurdos, iraníes, etc.) como
por estatus laboral (trabajadores migrantes, refugiados, trabajadores asalariados,
informales, etc.). Esta fragmentación debilita la capacidad del proletariado
para unirse en una lucha común contra el capital y el Estado, ya que sus
condiciones materiales varían enormemente.
En Palestina, por ejemplo, la clase trabajadora
está dividida entre los palestinos que viven bajo la ocupación israelí, los que
residen en la diáspora, y aquellos que trabajan dentro de Israel. A esto se
suman las divisiones creadas por la propia economía palestina, donde una
burguesía local controla recursos limitados mientras el proletariado sufre
tanto la explotación del capital israelí como del palestino.
TC sugiere que estas divisiones no son meramente
producto de la ocupación israelí, sino también de la forma en que el capital
organiza las relaciones de clase a nivel global. La ocupación militar y la
explotación económica están profundamente entrelazadas, lo que convierte la
lucha de clases en Palestina en parte de una lucha más amplia contra el capital
global.
3. El Imperialismo y la Función del
Estado
Otro aspecto clave en el análisis es el papel del
imperialismo y del Estado en el Medio Oriente. Según Théorie Communiste,
el imperialismo no es simplemente una forma de dominación por parte de las
potencias extranjeras, sino una manifestación de las dinámicas de expansión del
capital. Los Estados de la región (tanto los aliados de Occidente como aquellos
que se oponen a él) son actores dentro de la lógica del capital, incluso cuando
se presentan como antiimperialistas.
Por ejemplo, en el caso de los Estados como Irán
o Siria, que a menudo son vistos como enemigos del imperialismo occidental, TC
argumenta que su oposición a las potencias occidentales no implica una ruptura
con las lógicas del capital. Estos Estados siguen organizando sus economías en
términos capitalistas, explotando a sus propias clases trabajadoras y
utilizando el conflicto como un medio para consolidar su control sobre el
proletariado local.
En Palestina, la Autoridad Palestina y otras
facciones políticas también están atrapadas en esta lógica. Aunque se oponen a
la ocupación israelí, sus formas de organización política y económica están
estructuradas por las dinámicas del capital, lo que limita su capacidad para
ofrecer una verdadera alternativa al sistema de explotación. La lucha por un Estado
palestino, en este sentido, no rompe con el capital, sino que busca
reorganizarlo bajo nuevas condiciones nacionales.
4. La Lucha de Clases como la
Contradicción Principal
Para Théorie Communiste, la lucha de
clases es la contradicción principal en el Medio Oriente, más allá de las
divisiones nacionales, religiosas o étnicas. La explotación capitalista afecta
tanto a los trabajadores israelíes como a los palestinos, aunque de formas
diferentes. Sin embargo, la solución no radica en una alianza de clases entre
las burguesías palestinas e israelíes, ni en la creación de un Estado palestino
independiente.
La única salida, según TC, es una lucha
proletaria que supere las divisiones impuestas por el capital y que apunte
hacia la abolición del Estado y del capital en su totalidad. Esto implica una
comunización de la sociedad, donde las relaciones de producción capitalistas
sean abolidas de inmediato en lugar de ser gestionadas por un nuevo Estado
nacional. TC argumenta que las luchas que no articulan esta ruptura con el
capital están condenadas a fracasar o a ser absorbidas por el sistema
capitalista global.
5. Crítica a la Izquierda Internacional
El texto también aborda la crítica a la izquierda
internacional, que a menudo apoya las luchas en el Medio Oriente, incluida la
causa palestina, sin cuestionar la estructura de clase y capital que subyace a
estos conflictos. Para TC, muchas organizaciones de izquierda se alinean con
las luchas de liberación nacional bajo un marco de solidaridad, pero sin una
crítica seria a las dinámicas capitalistas. Esto incluye el apoyo acrítico a
movimientos antiimperialistas o nacionalistas, que, aunque legítimos en su
resistencia a la ocupación o al imperialismo, no rompen con el capital.
En el caso de Palestina, la izquierda
internacional tiende a apoyar la creación de un Estado palestino sin reconocer
que esto no solucionaría las contradicciones de clase internas ni eliminaría
las estructuras capitalistas que perpetúan la explotación de los trabajadores
palestinos. Para TC, una verdadera solidaridad con Palestina implicaría apoyar
una lucha proletaria que vaya más allá del nacionalismo y que busque la
abolición del capital en toda la región.
El análisis de Capitalisme et Lutte de
Classes au Moyen-Orient proporciona una visión crítica de las dinámicas
económicas y de clase en el Medio Oriente, y ofrece un marco teórico desde el
cual se puede comprender el conflicto palestino-israelí y otros conflictos de
la región. Desde la perspectiva de Théorie Communiste, la solución a
estos conflictos no radica en la creación de nuevos Estados nacionales o en
alianzas entre burguesías locales, sino en una lucha proletaria que supere las
divisiones impuestas por el capital y que busque la comunización de la
sociedad.
Este enfoque plantea una crítica radical tanto al
nacionalismo como al imperialismo, argumentando que las luchas por la
autodeterminación nacional están estructuralmente limitadas si no rompen con
las dinámicas del capital. El conflicto palestino-israelí, visto desde esta
perspectiva, no puede resolverse dentro de los límites del sistema capitalista
global, sino solo mediante una revolución que aboliría el capital y el Estado a
nivel regional y mundial.
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