Bordiga y la abolición del valor y el trabajo
Bordiga y la abolición del valor y el trabajo
[Amadeo Bordiga, una de las figuras más radicales y sistemáticas del marxismo, dedicó su pensamiento a identificar las raíces estructurales del capitalismo y las condiciones necesarias para su abolición. Para Bordiga, estas raíces se encuentran en las categorías del valor y del trabajo, cuya perpetuación reproduce inevitablemente la explotación y alienación propias del sistema capitalista. Este ensayo se centra en cómo Bordiga articuló la abolición del valor y del trabajo como el núcleo esencial del comunismo, criticando cualquier solución que no ataque directamente estas categorías fundamentales].
El Valor como Núcleo del Capitalismo
Bordiga comprendió que el valor no es simplemente una abstracción económica, sino la forma concreta en la que el capitalismo organiza la producción y las relaciones sociales. Según Bordiga:
“El valor no es un objeto, sino una relación social que refleja la medida en que el trabajo humano ha sido transformado en trabajo abstracto, alienado de sus características concretas y reducido a un medio de acumulación del capital.”
Para Bordiga, esta relación no puede ser superada mediante reformas dentro del capitalismo ni mediante una redistribución de la riqueza. La abolición del valor implica una revolución que destruya las bases mismas del sistema mercantil, eliminando no solo el dinero y el mercado, sino también la lógica que convierte el trabajo humano en una mercancía.
El Trabajo como Forma de Alienación
En su crítica al trabajo, Bordiga rechazó las interpretaciones que glorifican al proletariado como portador de una esencia universal vinculada al trabajo. Para él, el trabajo bajo el capitalismo no es una actividad creadora, sino el medio por el cual el capital perpetúa la alienación. Bordiga escribe:
“El comunismo no es la liberación del trabajo, sino la liberación del hombre del trabajo, porque este no es más que el vínculo mediante el cual el hombre se somete a las necesidades del capital.”
La abolición del trabajo no significa simplemente reducir la jornada laboral o mejorar las condiciones de empleo, sino destruir el trabajo asalariado como categoría y forma de existencia alienada. En este sentido, Bordiga rechaza tanto el obrerismo vulgar como las propuestas reformistas que buscan dignificar el trabajo en lugar de abolirlo.
Abolición del Valor y del Trabajo
La propuesta de Bordiga para abolir el valor y el trabajo es una crítica total al capitalismo y a las formas más tradicionales de socialismo que no cuestionan estas categorías. Para él, el comunismo implica:
Eliminación del mercado y del dinero:
“En el comunismo, no habrá lugar para el intercambio ni para la medición de las actividades humanas en términos de equivalentes abstractos como el dinero. Toda producción será directamente social.”
Supresión del trabajo asalariado:
“El trabajo dejará de ser una mercancía. La actividad humana ya no se verá determinada por el tiempo de trabajo, sino por las necesidades colectivas y la libre asociación.”
Desaparición de la división social del trabajo:
“El comunismo no perpetúa la separación entre quien piensa y quien ejecuta, entre el productor y el consumidor. Esa separación es una herencia de la sociedad de clases y debe desaparecer.”
Bordiga subraya que estas transformaciones no son etapas graduales dentro de una transición prolongada, sino condiciones inmediatas de una revolución comunista auténtica.
Crítica al Socialismo Reformista
Bordiga es enfático en su rechazo a las formas de socialismo que no rompen con las categorías del valor y del trabajo. Acusa a estas corrientes de perpetuar el capitalismo bajo una apariencia distinta:
“El socialismo que conserva el trabajo asalariado, aunque sea bajo control estatal, y mantiene la producción mercantil, no es más que capitalismo con otro rostro. No se puede gestionar el capital; se lo debe destruir.”
Esta crítica se extiende a las experiencias históricas del socialismo real, que Bordiga anticipa como incapaces de superar las relaciones capitalistas debido a su aceptación del trabajo asalariado y la producción de valor.
Actualidad del Pensamiento de Bordiga
Las ideas de Bordiga resuenan con fuerza en el contexto contemporáneo, donde la automatización, lejos de liberar al ser humano del trabajo, se utiliza para intensificar la explotación. Su insistencia en la abolición del valor y del trabajo ofrece una perspectiva única frente a las soluciones parciales que ignoran las raíces estructurales del capitalismo.
“La verdadera libertad no llegará mientras las actividades humanas estén subordinadas a la lógica del valor. Solo cuando el trabajo deje de ser la medida de la riqueza, la humanidad podrá alcanzar su plena emancipación.”
Amadeo Bordiga representa una visión radical del comunismo como la destrucción absoluta del valor y del trabajo, categorías que no solo organizan el capitalismo, sino que perpetúan la alienación y la explotación humanas. En su pensamiento, la revolución no es una negociación con el capital, sino su negación total.
Frente a un mundo donde el trabajo y el valor parecen inevitables, Bordiga nos invita a imaginar una humanidad libre de estas cadenas. Su propuesta nos recuerda que el comunismo no es una gestión mejorada del capitalismo, sino su extinción como sistema de relaciones sociales.
Bibliografía
Bordiga, Amadeo. El Partido y la Revolución.
Bordiga, Amadeo. Fundamentos del Comunismo Revolucionario.
Bordiga, Amadeo. “Tesis sobre la Revolución”.
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