Especulación como Modo de Producción en el Arte y el Capital

 

Especulación como Modo de Producción en el Arte y el Capital




[Marina Vishmidt falleció el 26 de abril de 2024. Su trabajo teórico, especialmente en temas de arte y capitalismo, dejó una huella significativa, explorando cómo el arte contemporáneo y la especulación financiera convergen en la producción de valor y subjetividad en la economía moderna. Su legado continuará siendo relevante en el análisis crítico del arte y su relación con las dinámicas capitalistas. Espero sea del agrado del lector de este Blogg, esta reseña, haciendo un homenaje a una gran teórica del arte y la critica radical].

En el libro Speculation as a Mode of Production de Marina Vishmidt propone una nueva perspectiva sobre la relación entre el arte y el capital, planteando que ambos comparten una lógica de especulación que no solo determina su valor en términos de mercado, sino que también moldea subjetividades. Vishmidt establece una crítica al arte contemporáneo y su vinculación con el capitalismo financiero, identificando el modo en que las prácticas artísticas se inscriben dentro de una economía especulativa que redefine tanto el trabajo como la producción de valor. A lo largo de su obra, analiza cómo la subjetividad artística y la valorización capitalista se configuran mutuamente, demostrando que el arte, más allá de su autonomía formal, participa activamente en las dinámicas de acumulación y especulación.

La Especulación como Forma Social

Uno de los argumentos centrales de Vishmidt es la noción de “especulación como modo de producción”, que expone la convergencia entre las prácticas financieras y artísticas bajo el capitalismo contemporáneo. La autora parte de una definición amplia de especulación, en la que este concepto se refiere tanto al “pensamiento especulativo” propio del arte crítico como a la “especulación financiera” que caracteriza la autovalorización del capital. Según Vishmidt, esta simetría entre arte y capital financiero surge porque ambos dependen de la lógica de la autorreferencialidad para generar valor. En el arte, esto se traduce en un sistema de producción de valor simbólico que no necesariamente requiere de un proceso material directo, mientras que, en el capital financiero, la especulación permite acumular valor mediante transacciones y promesas futuras (Vishmidt, 2018).

Esta dinámica tiene sus raíces en la tendencia del capital hacia la acumulación futura. Vishmidt explica cómo el capital especulativo busca capturar el valor antes de que sea producido, mediante herramientas como los derivados y la deuda. De modo similar, el arte especulativo busca un valor que está fuera del alcance inmediato, al construir significados y proyecciones futuras. Así, ambas formas se intersectan y establecen una relación simbiótica en la que la subjetividad del artista se ve afectada por los imperativos de la especulación financiera (Vishmidt, 2018, pp. 5-9).

La Subjetividad Especulativa y el Trabajo Abstracto

Otro eje importante en el libro es el análisis de cómo el arte participa en la construcción de una subjetividad marcada por la lógica especulativa del capital. Vishmidt sostiene que, en el contexto neoliberal, la creatividad y la flexibilidad —características tradicionalmente atribuidas al arte— se han convertido en herramientas para la explotación laboral. En el capitalismo contemporáneo, la subjetividad especulativa exige que el trabajador se vea a sí mismo como “capital humano”, lo cual implica concebir sus capacidades y tiempo de trabajo como una inversión para el futuro, un concepto que se alinea con la lógica de la autoexplotación. La creatividad, entonces, se vuelve paradójicamente una característica del trabajo abstracto, ya que en la economía neoliberal, el trabajo se despoja de su particularidad y se convierte en un recurso general, intercambiable y utilizable para múltiples fines (Vishmidt, 2018, pp. 63-67).

El Arte como Trabajo Contraproducente

A lo largo de su análisis, Vishmidt profundiza en el concepto de “trabajo contraproducente” para describir el rol del arte en el sistema capitalista. Según la autora, el arte se encuentra en una posición ambigua: mientras que puede funcionar como una crítica al capital y la producción de valor, también puede convertirse en una herramienta de legitimación de los mismos. La autorreferencialidad y la naturaleza especulativa del arte le otorgan la capacidad de funcionar como una práctica autónoma, lo cual permite al arte cuestionar el proceso de producción en sí mismo. Sin embargo, esta misma autonomía puede ser absorbida y aprovechada por el capital, que convierte al arte en un producto más dentro de su dinámica de acumulación (Vishmidt, 2018, p. 118).

En este sentido, el arte contemporáneo no es simplemente un reflejo de las lógicas de mercado, sino una parte activa en el circuito de especulación. Esto se observa, por ejemplo, en la forma en que las prácticas artísticas son utilizadas para “añadir valor” en zonas urbanas deterioradas, como en proyectos de gentrificación, donde el arte sirve para revalorizar espacios y atraer inversiones. Vishmidt señala que esta instrumentalización del arte responde a la proximidad estructural entre el arte y el capital, ya que ambos operan bajo el mismo régimen de acumulación especulativa (Vishmidt, 2018, pp. 197-199).

La Convergencia de Arte y Capital en la Especulación Financiera

Un punto clave en la obra de Vishmidt es la similitud estructural entre el arte y el capital en su capacidad de generar valor a partir de transacciones internas, independientemente de su conexión con un proceso material. Para explicar esta convergencia, la autora se basa en la teoría del “capital ficticio” de Marx, señalando que, así como en las finanzas el dinero produce más dinero a través de transacciones especulativas, el arte genera valor crítico y simbólico a través de transacciones en su propio dominio semántico. Este paralelismo es significativo porque revela cómo el arte no solo participa en las estructuras de valorización capitalista, sino que también comparte con el capital una relación abstracta y especulativa con el trabajo (Vishmidt, 2018, pp. 103-106).

A partir de esta estructura especulativa, Vishmidt identifica el modo en que el arte, al igual que el capital financiero, ha abandonado su relación directa con el trabajo material. En lugar de producir bienes tangibles, el arte contemporáneo crea valor a través de la promesa de un significado o una experiencia futura, lo cual lo convierte en una práctica orientada al futuro, similar a las finanzas especulativas. Esta lógica se refuerza en la economía neoliberal, donde la creatividad y la flexibilidad del arte son valorizadas en el mercado laboral, desplazando la producción de valor a un plano inmaterial y autorreferencial que se sostiene por la promesa de autorrealización (Vishmidt, 2018, pp. 217-223).

Especulación y Resistencia: La Ambigüedad del Arte Contemporáneo

Uno de los aspectos más complejos del análisis de Vishmidt es su evaluación de la posibilidad de resistencia dentro del arte especulativo. La autora sugiere que, aunque el arte puede funcionar como una crítica al capital, también está condicionado por las mismas lógicas que busca cuestionar. El arte es capaz de subvertir y desafiar las normas de la producción capitalista al proponer formas de valor simbólico y crítico que no se basan en la utilidad o el valor de cambio, sino en su capacidad de abrir nuevas formas de percepción y experiencia. Sin embargo, esta potencialidad también puede ser cooptada por el capital, que utiliza el arte como una herramienta para incrementar su propio valor mediante estrategias de autoexpansión, como la gentrificación o la financiación de proyectos culturales que sirven intereses privados (Vishmidt, 2018, pp. 199-206).

En esta ambigüedad, Vishmidt plantea una crítica a la noción de autonomía en el arte. Según su análisis, la autonomía del arte no es suficiente para desvincularlo del capital, ya que la especulación como modo de producción ha absorbido incluso aquellas formas de subjetividad que se consideraban radicales o disruptivas. Esto implica que el arte necesita no solo una redefinición de su rol, sino también una reflexión profunda sobre sus métodos y objetivos, pues la mera intención crítica ya no es suficiente para escapar de la cooptación por el capital (Vishmidt, 2018, pp. 209-214).

La Dialéctica del Arte y el Capital

Speculation as a Mode of Production nos enfrenta a una reflexión profunda sobre el papel del arte en una sociedad dominada por la especulación financiera. Vishmidt demuestra que la lógica de la especulación ha permeado tanto la economía como la cultura, de modo que el arte contemporáneo se convierte en una práctica que no solo refleja sino que participa activamente en las dinámicas de acumulación del capital. Al analizar cómo el arte comparte con el capital financiero una estructura autorreferencial y especulativa, la autora nos invita a cuestionar las bases mismas de la producción de valor y la subjetividad bajo el capitalismo neoliberal.

En última instancia, Vishmidt plantea que el arte y el capital no son esferas separadas, sino que comparten una lógica especulativa que moldea nuestras vidas y subjetividades. Este análisis sugiere que cualquier resistencia desde el arte debe repensarse en función de su propia relación con el capital, asumiendo que la autonomía no basta para liberarlo de las dinámicas de acumulación y especulación. La obra de Vishmidt es, por tanto, una contribución fundamental para entender el rol del arte en el capitalismo contemporáneo, y ofrece herramientas teóricas valiosas para aquellos interesados en explorar las contradicciones y potencialidades de la producción artística en un mundo dominado por la especulación.

 

Referencia:

Vishmidt, M. (2018). Speculation as a Mode of Production: Forms of Value Subjectivity in Art and Capital. Brill.

 

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