Especulación como Modo de Producción en el Arte y el Capital
Especulación como Modo de Producción en el Arte y el Capital
En el libro Speculation as a Mode
of Production de Marina Vishmidt propone una nueva perspectiva sobre la
relación entre el arte y el capital, planteando que ambos comparten una lógica
de especulación que no solo determina su valor en términos de mercado, sino que
también moldea subjetividades. Vishmidt establece una crítica al arte
contemporáneo y su vinculación con el capitalismo financiero, identificando el
modo en que las prácticas artísticas se inscriben dentro de una economía
especulativa que redefine tanto el trabajo como la producción de valor. A lo
largo de su obra, analiza cómo la subjetividad artística y la valorización
capitalista se configuran mutuamente, demostrando que el arte, más allá de su
autonomía formal, participa activamente en las dinámicas de acumulación y
especulación.
La Especulación
como Forma Social
Uno de los argumentos centrales de
Vishmidt es la noción de “especulación como modo de producción”, que expone la
convergencia entre las prácticas financieras y artísticas bajo el capitalismo
contemporáneo. La autora parte de una definición amplia de especulación, en la
que este concepto se refiere tanto al “pensamiento especulativo” propio del
arte crítico como a la “especulación financiera” que caracteriza la
autovalorización del capital. Según Vishmidt, esta simetría entre arte y capital
financiero surge porque ambos dependen de la lógica de la autorreferencialidad
para generar valor. En el arte, esto se traduce en un sistema de producción de
valor simbólico que no necesariamente requiere de un proceso material directo,
mientras que, en el capital financiero, la especulación permite acumular valor
mediante transacciones y promesas futuras (Vishmidt, 2018).
Esta dinámica tiene sus raíces en
la tendencia del capital hacia la acumulación futura. Vishmidt explica cómo el
capital especulativo busca capturar el valor antes de que sea producido,
mediante herramientas como los derivados y la deuda. De modo similar, el arte
especulativo busca un valor que está fuera del alcance inmediato, al construir
significados y proyecciones futuras. Así, ambas formas se intersectan y
establecen una relación simbiótica en la que la subjetividad del artista se ve
afectada por los imperativos de la especulación financiera (Vishmidt, 2018, pp.
5-9).
La Subjetividad
Especulativa y el Trabajo Abstracto
Otro eje importante en el libro es
el análisis de cómo el arte participa en la construcción de una subjetividad
marcada por la lógica especulativa del capital. Vishmidt sostiene que, en el
contexto neoliberal, la creatividad y la flexibilidad —características tradicionalmente
atribuidas al arte— se han convertido en herramientas para la explotación
laboral. En el capitalismo contemporáneo, la subjetividad especulativa exige
que el trabajador se vea a sí mismo como “capital humano”, lo cual implica
concebir sus capacidades y tiempo de trabajo como una inversión para el futuro,
un concepto que se alinea con la lógica de la autoexplotación. La creatividad,
entonces, se vuelve paradójicamente una característica del trabajo abstracto,
ya que en la economía neoliberal, el trabajo se despoja de su particularidad y
se convierte en un recurso general, intercambiable y utilizable para múltiples
fines (Vishmidt, 2018, pp. 63-67).
El Arte como
Trabajo Contraproducente
A lo largo de su análisis, Vishmidt
profundiza en el concepto de “trabajo contraproducente” para describir el rol
del arte en el sistema capitalista. Según la autora, el arte se encuentra en
una posición ambigua: mientras que puede funcionar como una crítica al capital
y la producción de valor, también puede convertirse en una herramienta de
legitimación de los mismos. La autorreferencialidad y la naturaleza
especulativa del arte le otorgan la capacidad de funcionar como una práctica
autónoma, lo cual permite al arte cuestionar el proceso de producción en sí
mismo. Sin embargo, esta misma autonomía puede ser absorbida y aprovechada por
el capital, que convierte al arte en un producto más dentro de su dinámica de
acumulación (Vishmidt, 2018, p. 118).
En este sentido, el arte
contemporáneo no es simplemente un reflejo de las lógicas de mercado, sino una
parte activa en el circuito de especulación. Esto se observa, por ejemplo, en
la forma en que las prácticas artísticas son utilizadas para “añadir valor” en
zonas urbanas deterioradas, como en proyectos de gentrificación, donde el arte
sirve para revalorizar espacios y atraer inversiones. Vishmidt señala que esta
instrumentalización del arte responde a la proximidad estructural entre el arte
y el capital, ya que ambos operan bajo el mismo régimen de acumulación
especulativa (Vishmidt, 2018, pp. 197-199).
La Convergencia
de Arte y Capital en la Especulación Financiera
Un punto clave en la obra de
Vishmidt es la similitud estructural entre el arte y el capital en su capacidad
de generar valor a partir de transacciones internas, independientemente de su
conexión con un proceso material. Para explicar esta convergencia, la autora se
basa en la teoría del “capital ficticio” de Marx, señalando que, así como en
las finanzas el dinero produce más dinero a través de transacciones especulativas,
el arte genera valor crítico y simbólico a través de transacciones en su propio
dominio semántico. Este paralelismo es significativo porque revela cómo el arte
no solo participa en las estructuras de valorización capitalista, sino que
también comparte con el capital una relación abstracta y especulativa con el
trabajo (Vishmidt, 2018, pp. 103-106).
A partir de esta estructura
especulativa, Vishmidt identifica el modo en que el arte, al igual que el
capital financiero, ha abandonado su relación directa con el trabajo material.
En lugar de producir bienes tangibles, el arte contemporáneo crea valor a
través de la promesa de un significado o una experiencia futura, lo cual lo
convierte en una práctica orientada al futuro, similar a las finanzas especulativas.
Esta lógica se refuerza en la economía neoliberal, donde la creatividad y la
flexibilidad del arte son valorizadas en el mercado laboral, desplazando la
producción de valor a un plano inmaterial y autorreferencial que se sostiene
por la promesa de autorrealización (Vishmidt, 2018, pp. 217-223).
Especulación y
Resistencia: La Ambigüedad del Arte Contemporáneo
Uno de los aspectos más complejos
del análisis de Vishmidt es su evaluación de la posibilidad de resistencia
dentro del arte especulativo. La autora sugiere que, aunque el arte puede
funcionar como una crítica al capital, también está condicionado por las mismas
lógicas que busca cuestionar. El arte es capaz de subvertir y desafiar las
normas de la producción capitalista al proponer formas de valor simbólico y
crítico que no se basan en la utilidad o el valor de cambio, sino en su
capacidad de abrir nuevas formas de percepción y experiencia. Sin embargo, esta
potencialidad también puede ser cooptada por el capital, que utiliza el arte
como una herramienta para incrementar su propio valor mediante estrategias de
autoexpansión, como la gentrificación o la financiación de proyectos culturales
que sirven intereses privados (Vishmidt, 2018, pp. 199-206).
En esta ambigüedad, Vishmidt
plantea una crítica a la noción de autonomía en el arte. Según su análisis, la
autonomía del arte no es suficiente para desvincularlo del capital, ya que la
especulación como modo de producción ha absorbido incluso aquellas formas de
subjetividad que se consideraban radicales o disruptivas. Esto implica que el
arte necesita no solo una redefinición de su rol, sino también una reflexión
profunda sobre sus métodos y objetivos, pues la mera intención crítica ya no es
suficiente para escapar de la cooptación por el capital (Vishmidt, 2018, pp.
209-214).
La Dialéctica del
Arte y el Capital
Speculation as a Mode of Production nos enfrenta a
una reflexión profunda sobre el papel del arte en una sociedad dominada por la
especulación financiera. Vishmidt demuestra que la lógica de la especulación ha
permeado tanto la economía como la cultura, de modo que el arte contemporáneo
se convierte en una práctica que no solo refleja sino que participa activamente
en las dinámicas de acumulación del capital. Al analizar cómo el arte comparte
con el capital financiero una estructura autorreferencial y especulativa, la
autora nos invita a cuestionar las bases mismas de la producción de valor y la
subjetividad bajo el capitalismo neoliberal.
En última instancia, Vishmidt
plantea que el arte y el capital no son esferas separadas, sino que comparten
una lógica especulativa que moldea nuestras vidas y subjetividades. Este
análisis sugiere que cualquier resistencia desde el arte debe repensarse en
función de su propia relación con el capital, asumiendo que la autonomía no
basta para liberarlo de las dinámicas de acumulación y especulación. La obra de
Vishmidt es, por tanto, una contribución fundamental para entender el rol del
arte en el capitalismo contemporáneo, y ofrece herramientas teóricas valiosas
para aquellos interesados en explorar las contradicciones y potencialidades de
la producción artística en un mundo dominado por la especulación.
Referencia:
Vishmidt, M. (2018). Speculation as a Mode of Production: Forms of Value
Subjectivity in Art and Capital. Brill.
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