La Abolición del Trabajo en la Era del Capitalismo Tecnológico y la Lucha de Clases en la Era Trump 2.0: Crisis de la Ley del Valor y el Fin del Trabajo como Mediación Social

 

La Abolición del Trabajo en la Era del Capitalismo Tecnológico y la Lucha de Clases en la Era Trump 2.0: Crisis de la Ley del Valor y el Fin del Trabajo como Mediación Social





El retorno de Donald Trump al centro de la política estadounidense no es solo una cuestión electoral, sino la manifestación de una nueva fase en la reconfiguración del capital. En este contexto, los clústeres tecnológicos más poderosos—Elon Musk, Jeff Bezos, Peter Thiel, Mark Zuckerberg y Sam Altman— han asumido el papel de arquitectos de un capitalismo que ya no depende de la explotación industrial clásica, sino de la expansión de la automatización, la inteligencia artificial y la mercantilización de la vida digital.

Este no es un retorno al neofeudalismo, como sostienen algunas narrativas de moda, sino una crisis estructural de la ley del valor, donde la producción de mercancías cede espacio a la extracción de datos, la especulación financiera y la captura de rentas digitales. Como han señalado Théorie Communiste (TC) y Endnotes, el proletariado no es un sujeto inmutable, sino una categoría determinada por la propia dinámica del capital. La crisis actual no es solo una crisis de empleo, sino del trabajo como forma de mediación social.

1. El Capitalismo Tecnológico y la Crisis del Trabajo Vivo

Desde la perspectiva de autores como Aaron Benanav, Théorie Communiste y Matteo Pasquinelli, el problema central del capitalismo contemporáneo no es la falta de empleo en sí misma, sino la incapacidad del capital para absorber trabajo vivo en la producción. Esto ha generado un fenómeno de estancamiento secular, en el que la automatización y la digitalización no han impulsado un nuevo ciclo de crecimiento, sino una crisis de valorización.

  • Benanav ha demostrado que la automatización no ha llevado a un crecimiento explosivo de la productividad, sino a una ralentización de la acumulación capitalista, donde la precarización y la uberización del trabajo han reemplazado a las estructuras laborales clásicas.
  • Théorie Communiste y Endnotes sostienen que el capital solo puede existir mientras explote trabajo vivo, pero cuando la producción depende cada vez menos de la fuerza de trabajo, la crisis de la ley del valor se vuelve insostenible.
  • Matteo Pasquinelli, en su crítica al mito de la automatización total, argumenta que la inteligencia artificial y la digitalización no han abolido el trabajo, sino que han desplazado la explotación a nuevas formas invisibilizadas, como el trabajo cognitivo, la moderación de contenido y la minería de datos.

El problema no es solo que haya menos empleo, sino que el capital ya no puede estructurar la sociedad a través del trabajo asalariado como en el siglo XX. En este escenario, la abolición del trabajo no es un horizonte lejano, sino una necesidad histórica impuesta por las propias contradicciones del capital.

2. Los Clústeres Tecnológicos y el Nuevo Régimen de Acumulación

Los clústeres tecnológicos han reemplazado a las industrias manufactureras como el eje de la acumulación de capital. Sin embargo, esta acumulación ya no se basa en la extracción de plusvalor a través del trabajo directo, sino en la captura de rentas digitales, el control de infraestructuras críticas y la especulación financiera.

  • Elon Musk (Tesla, SpaceX, Neuralink, Twitter/X): Más que un innovador, Musk representa la fusión entre la automatización extrema y la disolución del trabajo estable. Su obsesión con la inteligencia artificial y los vehículos autónomos no busca liberar al trabajador, sino hacer del capital tecnológico un sustituto de la fuerza de trabajo.
  • Jeff Bezos (Amazon, Blue Origin): Amazon no es solo un imperio del comercio electrónico; es el modelo de hiperexplotación logística, donde los trabajadores se han convertido en nodos de una infraestructura controlada algorítmicamente.
  • Peter Thiel (Palantir, Founders Fund): Su estrategia se basa en la militarización del capital, fusionando el Estado con las infraestructuras tecnológicas para convertir la vigilancia y el control de datos en una fuente de poder económico.
  • Mark Zuckerberg (Meta): Su metaverso es el intento de mercantilizar la experiencia humana misma, llevando la lógica del capital más allá de la producción material y convirtiendo la interacción social en un mercado de datos e identidades.
  • Sam Altman (OpenAI, Worldcoin): Su visión de la inteligencia artificial no es la de un sustituto del trabajo, sino la de un sistema de extracción de valor en el que cada individuo es reducido a un token biométrico intercambiable.

Estos actores no están creando una economía poscapitalista, sino reorganizando la dominación de clase en una forma donde el trabajo vivo sigue siendo necesario, pero ya no como pilar central de la producción de valor. En su lugar, lo que emerge es un régimen de acumulación por desposesión digital y financiera, donde el capital captura valor sin necesidad de una base proletaria masiva.

3. Abolición del Trabajo y la Crisis de la Lucha de Clases

En este contexto, la lucha de clases ya no puede organizarse en torno a la defensa del trabajo, sino a su abolición. Como sostienen Théorie Communiste y Endnotes, el proletariado no puede emanciparse afirmándose a sí mismo, sino destruyendo su propia condición de existencia: el trabajo asalariado. Esto significa:

  1. Rechazar la nostalgia obrerista: No hay vuelta a la fábrica fordista ni a la estabilidad del Estado de bienestar.
  2. Superar la política del empleo: En lugar de exigir más empleos o mejores salarios, el horizonte debe ser la destrucción de la relación capital-trabajo.
  3. Destruir la ley del valor: La lucha comunista no es una lucha por la redistribución dentro del capitalismo, sino por la aniquilación de las formas de mediación social basadas en el trabajo.

Trump 2.0 representa un intento de recomponer la hegemonía burguesa en un capitalismo que ya no puede ofrecer trabajo estable ni progreso material. Sin embargo, el problema no es solo Trump, sino la crisis general del capital y su incapacidad para sostener el trabajo como eje de la vida social.

Comunismo o Barbarie Automatizada

El futuro del capitalismo no es el transhumanismo de Musk ni la distopía de la IA de Altman, sino un colapso progresivo de la capacidad del capital para reproducirse sin formas extremas de violencia, desposesión y control social. La única alternativa es un proyecto comunista que no se base en la reivindicación del trabajo, sino en su abolición y en la destrucción de la ley del valor.

Como han señalado Théorie Communiste, Endnotes y Pasquinelli, la revolución no será el resultado de una simple acumulación de fuerzas, sino de un proceso en el que el capital colapse sobre sus propias contradicciones. Nuestra tarea no es salvar el trabajo del capitalismo, sino destruir el capitalismo para salvarnos del trabajo.

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